Cocida a fuego vivo es la base de la «Calçotada»; cuando la parte exterior está quemada, se extrae el interior para comerlo. Se trata de un manjar único, que se degusta untada con la famosa «salsa Romesco´´.
Pues yo he tenido la gran suerte de que una persona maravillosa y gran amiga como lo es Joana, ha tenido el detallazo de mandárme desde Barcelona a Madrid para que los probara, un buen manojo de Calçots, además de mandarme la salsa romesco para acompañar, también me ha enviado unas Monxetes del Ganxet (judía blanca del maresme) que en cuanto las prepare las vereis. Visitar su blog es un encanto.
¡Gracias otra vez y mil veces más Joana!
Esto se hace a la brasa pero en un piso en Madrid lo tenía un poco complicado, así que fueron al horno.
Ingredientes
Calçots limpios de arena y lavaditos
aceite de oliva extra virgen
Salsa romesco (en este caso es de la marca Ferrer)
Poner el horno a 200º para que tome temperatura.
Limpiar de arena y lavar los calçots.
Colocar una vez limpios sobre una bandeja de horno y pincelar con aceite de oliva.
Introducir en el horno bein caliente una media hora, tienen que quedar bien tiernos por dentro.
Servir con la salsa romesco.
¡Una delicia!