• 1 bandeja de callos limpios y cortados
  • 2 chorizos gallegos
  • 1 morcilla de cebolla
  • 1/2 punta de jamón ibérico en trozos
  • 2 cebollas hermosas
  • 2 dientes de ajo
  • 1/2 cabeza de ajos
  • granos de pimienta
  • 1 hoja de laurel
  • 1 zanahoria
  • 1 guindilla
  • 1 cucharada de pimentón de la Vera
  • 1 tomate maduro rallado
  • sal y pimienta
  • vinagre
  • agua
  • aceite de oliva
Hace unos días mi marido me reto a prepararle unos «callitos» y aunque soy madrileña de nacimiento no me había puesto nunca a ello y eso que me gustan, pero lo veía yo eso muy lioso. Asi que busqué varias recetas por la red y después de leer varias y quitar ingredientes que no tenía y que no me apetecía poner como el morro o la pata se quedó la base en mi disco duro cerebral y…

Elaboración:

Aunque los callos estaban limpios y blancos los puse en agua con un buen chorro de vinagre durante un rato y los lave bajo el grifo dándoles con un cepillo.
Puse en la cubeta los callos y dos vasos grandes de agua, un poco de sal, como 8 granos de pimienta negra y una hoja de laurel, una cebolla pelada y entera, la zanahoria y 1/2 cabeza de ajos y programe la olla 20 minutos.
Mientras fui preparando el sofrito en una sartén puse aceite de oliva hasta cubrir el fondo y freí los ajos, añadí la cebolla bien picada y cuando tomaba color puse el chorizo y el jamón con la guindilla, cuando empezó todo a tomar color puse el pimentón y la harina y seguidamente el tomate rallado, para entonces la olla ya había acabado y puse un poco da caldo de la cocción de los callos dejando hervir un minuto más.

Saqué los callos del caldo y los puse en otra cubeta limpia junto con el sofrito y la morcilla volví a programar la olla 5 minutos más y esto es lo que salió.
Evidentemente el contenido no el continente, jeje. ¡Ah, y me aprobaron con nota!